Paseo a Oxford

Esta foto representa perfectamente nuestro fin de semana en Oxford jaja!. Nunca habíamos sufrido un tras pies en la organización de un viaje. Claro que entendemos que con niños nunca se sabe, pero o se mejoraban un día antes de partir o se enfermaban llegando del viaje. Esta vez Carlitos comenzó a sentirse mal el martes, tuvo fiebre un par de días y después reventó en un típico resfrío. El jueves Raimundo estaba super bien, así que decidimos partir a nuestro organizado viaje de fin de semana a Oxford. Ya en el viaje Raimundo comenzó a estar inquieto y llegando a "Bicester Village", nuestra primera parada de shopping, su genio empeoró terriblemente y no quería nada de nada!, lloró, lloró y lloró, no quería entrar a ningun lado. Para peor llovia, así que más incómodo se nos hacia el paseo. Ya en el auto hacia "Blenheim Palace" donde había una feria de navidad, nos dimos cuenta que tenía fiebre, yo le dije a Carlos que me llevara al hotel y él con la tía volvian para mirar la exhibición que había sido muy recomendada.

Llegamos al hotel como a las 5 PM, estaba completamente oscuro y llovía sin parar. Las piezas eran continuas y se conectaban por una puerta y mis hijos estaban super felices, carlos estaba cansado, decidieron quedarse y partir al otro día a la feria para luego hacer el típico recorrido por los colleges. Raimundo paso buena noche y la fiebre desapareció, después del desayuno partimos felices a nuestro itinerario, pero al momento de querer bajar a los niños del auto, comenzaron a llorar pidiendo su casa!, nada los conveció, estaban como molidos, típico en los resfríos. Al principio no lo podiamos creer! como iba ser que así se acabara nuestro paseo, les ofrecimos de todo para que cambiaran la cara pero NADA!. No había mucho más que hacer que subirnos de nuevo al auto y partir de vuelta a Londres.

Que les dijimos a los niños! se sentaron en sus sillitas se pusierona dormir y llegaron con las pilas puestras a su casa y nosotros con cara de no poder creer nuestra suerte jaja!

queda pendiente llevar a la tía de nuevo a Oxford y nosotros comprender que tuvimos mucha suerte de que no fuera más serio.