Ha pasado casi un mes de no escribir por estos lados, pero no he tenido el tiempo para sentarme con tranquilidad. El años escolar terminó y ya comenzamos la cuenta regresiva para tomarnos unas merecidas vacaciones. Sin embargo no quiero hablar de mi vida familiar hoy, sino de como he ido madurando la fotografía desde que llegué a China.
Posiblemente todos los que hemos transformado un hobbie en un estilo de vida y tenemos la posibilidad de trabajar en lo que nos gusta (con grandes o pequeñas remuneraciones) conlleva a dejar un poco nuestros gustos personales por satisfacer al cliente o encontrar una formula de trabajo que repetimos y repetimos ya que nos trae buenos resultados. En mi caso personal mis ingresos por servicios fotográficos van directamente a mejorar mi equipo (objetivos, cámara, accesorios) o adquirir programas de edición que quiero aprender a utilizar, Bueno, si mi marido lee esto se larga a reir ya que OBVIAMENTE me alcanza para parte de los gastos y el resto lo financia él.
Todo esto lo cuento ya que desde que llegue a China, mis ganas de trabajar en la fotografía sean reducido casi a cero y lo único que quiero es tomar muchisimas clases para aprender, aprender y aprender!
Cuando trato de definir mi estilo fotográfico, siento que no puedo o no quiero. En la medida que haya estilos fotográficos que todavía no he desarrollado o no conozco me imposibilita a encasillarme. Por ejemplo, ahora que participo en en un maravilloso proyecto donde documentamos la vida de nuestros hijos cada semana, me doy cuenta lo díficil y desafiante que ha sido para mi desarrollar este estilo de fotografía, aunque sea el cual más he trabajado. Por qué? Porque generalmente mis ideas las compongo en mi mente, pensando que tengo dos modelos que estan felices de trabajar conmigo y en la realidad tengo que correr detras de mis hijos tratando de convertir un momento real y natural de sus vidas en esa composión que yo tengo presupuestada. Se suma que la paciencia con los mios es obviamente mucho menor que las que desarrollo con los clientes jajaj!. Por lo que estoy muy feliz de tener cada semana que dasafiarme a lograr la imagen que tengo presupuestada.
Para los que todavía no conocen este proyecto, pasen a visitar LITEL PIPOL.
Y así como voy paso a paso puliendo mis habilidades en los niños, también ha nacido un amor absoluto por retratar la vida en las calles, como no! si China es una piedra en bruto, que mezcla arquitectura, olores, personas, colores que estan esperando ser fotografiadas. La mezcla de ingenuidad y relajo que tienen las personas al mirar una cámara fotográfica que maneja un extraño que invade de cierta manera su privacidad es maravillosa, especialmente si uno se da el tiempo de agradecer una imagen tomada con una sonrisa y, por supuesto, mostrándole la fotografía que acabamos de tomar.
Generalmente uno se va acercando a lo que le parece más fácil y dejar de lado con cualquier excusa lo que podrâ ser una dificultad, bueno! eso me pasaba a mi con el tema del movimiento, sentía que no era capaz de entender el movimiento ya que, a diferencia de la fotografía que generalmente realizo, la fotografía de calle tiene una dinámica diferente, las ocasiones llegan en el momento menos esperado y uno deber saber manejar los botones de su cámara sin siquiera tener tiempo para pensar, a mi me parecía estresante, pero fue todo lo contrario, me lleno de adrenalina y de nuevos desafios. Todo esto gracias a un workshop que tomé con dos artistas maravillosos MIMO Khair y Michael Kistler. Fue tanto mi admiración por su trabajo que creo los seguiré en su aventura fotográfica a Tokyo para fines de este año.
Y no paro.... ahora estoy pensando en iluminación, algo que siento engorroso y poco natural, pero eso es del punto de vista de quien nunca ha trabajado ese tema, así que ahora estoy en busca de mi mentor y espero tener muy luego noticias de este tema.
Y así como voy paso a paso puliendo mis habilidades en los niños, también ha nacido un amor absoluto por retratar la vida en las calles, como no! si China es una piedra en bruto, que mezcla arquitectura, olores, personas, colores que estan esperando ser fotografiadas. La mezcla de ingenuidad y relajo que tienen las personas al mirar una cámara fotográfica que maneja un extraño que invade de cierta manera su privacidad es maravillosa, especialmente si uno se da el tiempo de agradecer una imagen tomada con una sonrisa y, por supuesto, mostrándole la fotografía que acabamos de tomar.
Generalmente uno se va acercando a lo que le parece más fácil y dejar de lado con cualquier excusa lo que podrâ ser una dificultad, bueno! eso me pasaba a mi con el tema del movimiento, sentía que no era capaz de entender el movimiento ya que, a diferencia de la fotografía que generalmente realizo, la fotografía de calle tiene una dinámica diferente, las ocasiones llegan en el momento menos esperado y uno deber saber manejar los botones de su cámara sin siquiera tener tiempo para pensar, a mi me parecía estresante, pero fue todo lo contrario, me lleno de adrenalina y de nuevos desafios. Todo esto gracias a un workshop que tomé con dos artistas maravillosos MIMO Khair y Michael Kistler. Fue tanto mi admiración por su trabajo que creo los seguiré en su aventura fotográfica a Tokyo para fines de este año.
Y no paro.... ahora estoy pensando en iluminación, algo que siento engorroso y poco natural, pero eso es del punto de vista de quien nunca ha trabajado ese tema, así que ahora estoy en busca de mi mentor y espero tener muy luego noticias de este tema.
Mis calles